Mujeres al poder
Hollywood no cede del todo ni en año bisiesto
La década del 80 se perfila favorable para las mujeres que desean ocupar altos cargos en la industria cinematográfica. Sin embargo, aún no hay ninguna que ostente el título de presidenta, aunque la mayoría de las ejecutivas han renunciado a su vida privada para dedicar todo su tiempo al trabajo.
Según la tradición de la ligereza, los años bisiestos son propicios para la iniciativas femeninas. Desde que uno era niño, sabía —gracias a las comiquitas de Superman—, que la periodista Luisa Lane podía pedirle matrimonio al superhéroe los 29 de febrero, sin quedar mal.
Fiel a las enseñanzas de Superman, Hollywood le ha cedido cargos ejecutivos a la industria a un número ascendente de mujeres. De tal manera, la década del 80 comienza con una vicepresidenta para la Columbia Pictures (Sherry Lansing), una encargada de asuntos legales en la Metro Goldwyn Mayer (Karla Davidson), una vicepresidenta producción para la 20th Century Fox (Claire Townsed), una vicepresidenta de publicidad en Marble Arch (Regina Gruss), otra en Rastar (Marykay Powell). Una vicepresidenta de mercadeo en la Universal (Willette Klausner), una gerente de ventas en la Columbia (Sheila De Loach), una vicepresidente para el desarrollo fílmico en la MGM (Willy Hunt), una vicepresidenta de producción en Artistas Unidos, ahora trasladada a Orion (Marcia Nasatir); otra vicepresidenta de producción para la Fox (Lucy Fisher), una vicepresidenta de la Fox, ahora en Ladd Company (Paula Weinstein).
La lista se agranda en los niveles gerenciales. Pero así sea Hollywood y se “respete” el año bisiesto, aún ninguna mujer logra superar el antetítulo de “vice”, para llegar a presidente. Y, según artículo de The New York Times, las cosas no han sido tan fáciles para ninguna de estas “triunfadoras”: muchas empezaron a trabajar hace unos 10 años como secretarias en esas empresas, o como lectoras de guiones, pero ganando menos que un ascensorista “porque las mujeres no eran tomadas en serio”.
La competencia es tal que las mujeres — según la vicepresidenta de la Fox, Lucy Fisher— “están en una posición defensiva tratando de demostrar que son eficientes, por lo que tienen que trabajar el doble”. Ese esfuerzo adicional ha eliminado la vida privada de la mayoría de las ejecutivas menores de 35 años y por ende, el drama femenino de la doble jornada laboral (en la oficina y luego en el hogar) se mantiene vigente, porque casi todas son divorciadas o han tenido que mantenerse solteras. Así, ni siquiera en la meca de los mitos se realiza la promesa de la “chica Cosmos” ni la verdadera paridad entre los sexos, porque allí —como en todas partes— ningún hombre renuncia a la familia para consagrarse en los negocios.